

El Fogón
El pescador que se enfrentó a la represa El Quimbo
"Desde que comenzó Emgesa a sacarme del río, dejé de pescar y trabajar, después con mi familia nos estaban obligando a salirnos de nuestra tierra, mi esposa perdió la vista por tanto estrés, le dió un preinfarto por culpa de Emgesa, el sistema ya llegó con la expropiación, gracias a Asoquimbo nos ayudaron a hacer respetar nuestros derechos, hicieron unas casitas que ni siquiera tiene Servicios Públicos, el agua la llevan en carro tanques, esa vida nosotros no queremos, exigimos garantías, no nos interesa su oferta, antonces luego me quitaron la energía de la casa, nuestra casa es la ultima que ha resistido al llenado del Quimbo". Francisco Cabrera.

Memorias de un campesino de Chía
"Chía era un municipio netamente campesino, ya luego fue llegando la urbanidad. Antes se producía fríjol, arveja, papa criolla, chuguas, hibias, cubios, es decir, el signo pesos era muy poco lo que se necesitaba, el escenario brindaba la comida, el agua y lo necesario para vivir. Chía hace 45 años, tenía escorrentías naturales, muchas quebradas, no sólo estaban en los cerros Orientales en Fusca y Yerbabuena, sino también en Tiquiza, Fonquetá, La Balsa, Cerca de Piedra, todos se fue dañando."

Memoria de siembra en el Páramo de Guerrero
"En ese tiempo, todo era páramo, tocaba hacer los barbechos con bueyes y azadones, sembrábamos una papa amarilla que le llamábamos quiteña que era como hoy la pera, hibias, chuguas, cubios y tallos, todo eso era lo que se hallaba. Despues se empezó a sembrar trigo y cebada y con ello llegó el tractor, también llegó el gran agricultor, los ricos, y empezaron a sembrar papa por todo lado." Palabras de doña Luisa, que lleva 84 años viviendo en el páramo.

¿Por qué se movilizarón en Bogotá los campesinos del Páramo de Guerrero?
El pasado 27 de Julio de 2015, campesinos del páramo de Guerrero salieron a las calles de Bogotá con mensajes de inconformidad, regalaron leche 100% pura e hicieron plantón frente a la CAR y luego en el Ministerio de Agricultura para ser escuchados. La economía del campesino está en crisis, las nuevas generaciones no se quieren quedar en el campo porque no ven garantía de vida digna.

Los cerros de Bogotá no se venden
Hoy los Cerros Orientales en Bogotá son territorios en disputa, hay pretensiones de volver a despojar a las familias en los barrios populares y a su vez, está la presión que ejercen las constructoras. Estos cerros sin duda son territorios que van más allá del espacio físico y geográfico, son la gran montaña con relaciones humanas y la vida en sus diferentes manifestaciones.

Chía desmoronándose

Río Frío, reflejos de la conciencia social
En el Páramo de Guerrero, en el departamento de Cundinamarca, en área del municipio de Zipaquirá, a los 3400 msnm, se unen dos quebradas, El Alisal y La Tomita, conformando el Río Frío o según su nombre Muisca, Río Simqa. Recorre los municipios de Zipaquirá, Tabio, Cajicá y Chía. El Río Frío trae memoria desde el Páramo donde se encuentra la mensajera de lo alto, la sagrada águila real (dicen que cuando el Tiempo creó el sol y la luna, creó en la tierra al Cóndor y al Águila, siendo mensajeras de lo alto).
Para nadie es un secreto que la manera en la que se extraen los beneficios de la naturaleza en Colombia, bajo la locomotora minera, impulsada hace más de 15 años, es un reflejo de lo que vivieron nuestros antepasados con los españoles. Seguimos repitiendo la historia en la línea de tiempo que lleva la sociedad existente en este territorio. La actual minería en Colombia sólo abastece los intereses de aquellos seres cuya avaricia provoca la miseria en sus hermanos; cuya demencia se ha consumido en una ilusión.


Páramo de Guerrero, entre los cambios de la Sabana y el arrase de la humanidad
El Páramo de Guerrero, es un sistema de ecosistemas en altura ubicados al norte del departamento de Cundinamarca, entre los 3.200 y 3.780 metros sobre el nivel del mar (msnm), con un área de 39.240 hectáreas. En la actualidad está amenazado por las actividades características del modelo de desarrollo que acepta la sociedad colombiana.
Cabe resaltar que es el tercer páramo con más títulos mineros del país y que en tan sólo 30 años ha desaparecido el 50% de su cobertura natural.
